FRACKING EZ

¿QUIÉN ESTÁ DETRÁS DEL FRACKING?



El exvicelehendakari Azua explota pozos de petróleo en Colombia
El grupo Fénix nació en 2012 para dedicarse al gas, pero se “desvía” hacia el oro negro

MANU ALVAREZ , EL CORREO,EDICIÓN ÁLAVA 05.11.13

BILBAO. “¿Usted es dueño de reservas de petróleo y gas o tiene derechos en un bloque petrolero y quisiera para desarrollarlo en un asociación? Entonces nos gustaría discutir  la oportunidad con usted. Envíenos información básica de la propuesta de desarrollo”. El mensaje, construido en un castellano un tanto atropellado, como del otro lado del Atlántico, aparece en la página web del grupo Fenix Oil & Gas, creado a principios de 2012 por el exvicelehendakari del Gobierno Vasco, Jon Azua, y el empresario alavés Joseba Grajales, en cuyo extendido y exitoso currículum figura el haber sido uno de los fundadores de la firma Gamesa. Azua, además de “número dos” del Ejecutivo, fue consejero de Industria en uno de los gobiernos de José Antonio Ardanza y, más tarde, pasó por las consultoras Andersen y Bearing Point.

En la actualidad, la aventura más avanzada de este grupo es la extracción de gas en un campo petrolífero colombiano- Barranca Lebrija. No confundir con la localidad sevillana-, que se encuentra en plena explotación. Además, y según la propia página web del grupo, la empresa trabaja ya en el análisis y primeros pasos para la explotación de otros campos petrolíferos en el estado norteamericano de Kentuchy.
El grupo Fenix, que tiene su sede en Arkaute, en las afueras de Vitoria, nació en un intento de adentrarse en el mundo del gas y en especial del gas pizarra- el que se extrae con la polémica técnica del “fracking”-, aunque con una visión más amplia que la mera explotación de yacimientos. Adaptación de motores diesel para usar gas y plantas de regasificación “portátiles” son dos de las iniciativas que figuraban en el manifiesto fundacional de la empresa. La inversión se produjo tras la venta del grupo Guascor- en el que Grajales ocupaba la presidencia y Azua era vicepresidente- a la  multinacional norteamericana Dresser Rand, por la nada despreciable cifra de 500 millones de euros- 83.000 millones para los que aún piensan en pesetas- a principios del año 2011.

Hay quien asegura que el grupo tiene la vista puesta en la futura explotación de los yacimientos de gas pizarra de Álava, que el gabinete de Patxi López  decidió colocar en fase de “evaluación” mediante un contrato con dos empresas norteamericanas. Como el asunto va un tanto lento, los promotores de Fenix han decidido comenzar por el tradicional oro negro en Colombia  y en Estados Unidos, aunque en su web también indican que están interesados en perforar el subsuelo de Perú, Canadá y Ecuador.

¿Qué es el ‘fracking’?


'Fracking' es una palabra inglesa que se utiliza para definir una técnica de extracción de gas que consiste en la inyección de agua –proviene de 'hidraulic fracturing'–, arena y productos químicos a gran presión en el subsuelo rocoso.


El 'fracking' envenena las aguas subterráneas en el proceso de destrozar la roca para extraer el gas. En EE UU hay varios casos –muy sonado el de Pittsburgh– y se están adoptando medidas al respecto; el Estado de Nueva York, por ejemplo, ha aprobado una moratoria.

La extracción de combustibles no convencionales por medio de la fractura hidráulica ha experimentado un desarrollo notable en países como Estados Unidos, Canadá y Australia en la última década. Los impactos ambientales asociados a esta práctica son múltiples (gran cantidad de consumo de agua, contaminación de las aguas subterráneas y manantiales, contaminación del aire, ruido, ocupación de suelo, fugas de metano....), y han despertado una gran oposición social en todo el mundo, a medida que se han ido conociendo casos de contaminación y afecciones al medio ambiente y a la salud del ganado y las personas.


Los lodos con productos químicos se depositan en balsas, donde permanecen tiempo y tiempo porque no se sabe muy bien qué hacer con ellos, con el consiguiente riesgo de rotura y contaminación por evaporación.

Un informe del pasado abril de la Universidad de Cornell (Ithaca, EE UU), denuncia que la explotación del 'shale gas' puede emitir incluso más gases de efecto invernadero que la del carbón. Resulta que en el 'fracking' se usan técnicas de perforación horizontal de la roca –hasta tres kilómetros desde el punto inicial– que emiten grandes cantidades de metano, un gas mucho más contaminante que el CO2. Aunque el gas convencional sea menos sucio que el carbón, el 'shale gas' es bastante peor.





Más información:
http://www.fracturahidraulicano.info/


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